Recuerdo que hace un año me encontré con un vídeo en Youtube sobre la afantasía. Inmediatamente me dije, vaya, esto explica muchas cosas. Llegué a la conclusión de que nunca había sido capaz de visualizar nada, sólo de “pensar” lo que intentaba visualizar. Decirme que visualice una pera, ni hablar, aunque pueda pensar en cómo sé que es una pera. En realidad no puedo ver esa pera. A veces es muy agotador desde que descubrí esto, sobre todo porque siempre estoy deseando meditar o participar en hipnosis. Siempre hay sólo un interior de mis párpados, ninguna cascada pacífica o hierba verde exuberante, sólo nada más que oscuridad. También me resulta muy difícil retratar o discutir mis pensamientos con alguien. Es como si tuviera esta idea perfectamente pensada en mi mente cuando de repente en el momento en que abro la boca y se arruina cuando trato de explicar algo en realidad. Esto no ocurre siempre, pero sí con bastante frecuencia. Es reconfortante saber que hay otros que experimentan el mismo fenómeno. Supongo que, en general, somos bastante increíbles por experimentar la vida de esta manera.
Compartir