La importancia de la imaginación visual en el aprendizaje
Recuerde su libro favorito de la infancia. ¿Qué lo hizo tan memorable? Lo más probable es que fueran las vívidas ilustraciones las que hicieron que la historia cobrara vida en tu mente. Ese es el poder de las imágenes visuales, y no sólo para los libros infantiles: es una valiosa herramienta de aprendizaje a cualquier edad.
Cuando aprendemos algo nuevo, a menudo utilizamos nuestra imaginación visual para recrear imágenes en nuestra mente. Este proceso de visualización se denomina imaginería visual, y nos ayuda a recordar mejor la información, a comprenderla más rápidamente y a recordarla más tarde cuando la necesitamos.
Para la mayoría de los alumnos, las imágenes visuales son una herramienta cognitiva útil que puede hacer que el aprendizaje resulte más atractivo y fácil de recordar, mejorando la comprensión y la retención. Desde la década de 1970, un estudio tras otro ha confirmado que nuestra capacidad para crear y utilizar imágenes mentales desempeña un papel vital en la adquisición de conocimientos, habilidades y comprensión.
Del mismo modo, la Red de Investigación en Ciencias Sociales muestra que el 65% de los alumnos son estudiantes visuales. Los alumnos visuales tienden a aprender mejor cuando pueden ver o visualizar la información. Esto tiene un sentido intuitivo. Al fin y al cabo, los humanos somos criaturas visuales. La mayoría de nosotros procesamos la información basándonos en lo que vemos con nuestros ojos o, en este caso, con el ojo de nuestra mente. Nuestro cerebro está preparado para procesar la información visual con mayor rapidez y eficacia que cualquier otro tipo de información. Por eso, incorporar imágenes visuales al aprendizaje puede marcar la diferencia para la mayoría de los alumnos.
Pero, ¿qué ocurre con el ~2-5% de los alumnos que no pueden visualizar?
¿Qué hay que hacer para aprender con afantasía?
Los científicos saben desde la década de 1880 que algunas personas no pueden visualizar cosas con el ojo de la mente. Sin embargo, el término “afantasía“, utilizado para describir la ausencia de imágenes visuales y otras modalidades sensoriales de imágenes mentales de forma más amplia, no se acuñó hasta 2015.
Desde que la afantasía ha entrado en el léxico público, ha suscitado un amplio debate en torno a lo que significa aprender con afantasía entre la comunidad académica, empezando por este artículo publicado en The Guardian en 2016 titulado: Si no puedes imaginar, ¿cómo puedes aprender cosas?
En el artículo, Mo Costandi, escritor científico independiente, argumenta por qué los alumnos con afantasía pueden tener dificultades de aprendizaje, ya que las imágenes visuales parecen ser especialmente importantes para la comprensión lectora, el aprendizaje del significado de las palabras y, según al menos una teoría, son la piedra angular de la alfabetización.
El artículo continúa sugiriendo que, a pesar de la falta de investigación sistémica sobre el fenómeno de la afantasía:
Si la afección afecta a la capacidad de aprendizaje del niño, quizá debamos idear estrategias de aprendizaje alternativas para él.
Mo Costandi, The Gaurdian
¿Es la afantasía una discapacidad del aprendizaje?
Idear estrategias de aprendizaje alternativas para los afásicos parece un plan bastante sencillo. Sólo hay un problema… ¿Cómo diseñar estrategias de aprendizaje alternativas si aún no sabemos cómo aprende realmente una persona con afantasía? O mejor aún, si la afantasía afecta realmente a la capacidad de aprender.
Lo explica el neurólogo Adam Zeman, de la Universidad de Exeter, quien, junto con sus colegas, dio nombre a la enfermedad:
“Sabemos que los niños con afantasía tienden a no disfrutar con los textos descriptivos, y es muy posible que esto influya en su comprensión lectora, pero aún no hay pruebas que lo relacionen directamente con problemas de aprendizaje.“
Adam Zeman
Además, ¿qué pasaría si en lugar de ver la ausencia de imágenes visuales como un obstáculo para el aprendizaje, lo viéramos como un estímulo para las estrategias alternativas que pueden mejorar el aprendizaje en lugar de obstaculizarlo, como sugiere audazmente este contraartículo sobre BOLD publicado en 2019?
En este artículo, la estudiante de doctorado en Ciencias del Desarrollo, Kathyrn Bates, defiende que las personas aprenden de muchas formas distintas y advierte:
Hay que tener cuidado con la inferencia de que, como la capacidad A (crear imágenes mentales) puede mejorar la capacidad B (comprensión lectora), la ausencia de la capacidad A puede conducir a la ausencia de la capacidad B. Como sabemos, esto no siempre es así en el aprendizaje. Como sabemos, esto no siempre es así en el aprendizaje.
Kathyrn Bates
Bates utiliza el ejemplo de aprender a tocar el piano para ilustrar este punto:
Leer partituras puede ayudarte a aprender a tocar el piano, pero no saber leer partituras no significa que no puedas aprender a tocar el piano.
Kathyrn Bates
Para ilustrar este punto en el contexto del alumno afásico, utilicemos el ejemplo de las tareas de rotación mental.
La sorprendente ventaja de la afantasía
Las tareas de rotación mental consisten en rotar representaciones mentales de objetos en la mente.
En la práctica, la rotación mental interviene en el razonamiento espacial y la resolución de problemas. Es una habilidad que todos utilizamos cuando intentamos interpretar en qué dirección nos indica un mapa que debemos girar, cuando tratamos de determinar si una pieza adicional de equipaje cabrá en un espacio fijo de un coche o cuando intentamos imaginar cómo quedaría el salón con los muebles reordenados.
Antes del descubrimiento de la afantasía, la rotación mental se consideraba una tarea que requería visualización.
Sin embargo, para sorpresa de los científicos, las personas con afantasía no sólo pueden completarlas, sino que, según un estudio, los participantes afásicos obtuvieron mejores resultados en tareas de rotación mental que sus homólogos visualizadores. Simplemente tardaron más en completarlos.
Los resultados de este estudio fueron concluyentes: La incapacidad de visualizar puede, de hecho, mejorar las habilidades de rotación mental.
Puede leer más sobre las tareas de rotación mental y este descubrimiento en el artículo Tareas de rotación mental: Sorprendente ventaja de la afantasía.
Limitaciones del aprendizaje con afantasía
Éste es sólo un ejemplo de una ventaja potencial del aprendizaje con afantasía. Aunque aporta pruebas que apoyan la idea de que la afantasía no es una discapacidad de aprendizaje en sí misma, es importante reconocer algunas de las limitaciones del aprendizaje sin visualización.
La literatura científica deja meridianamente claro que las imágenes mentales pueden ayudar a la mayoría de los estudiantes a acelerar y mejorar su capacidad de aprendizaje. También está claro que éste no es el caso de los alumnos afásicos.
Las estrategias de aprendizaje que requieren visualización no funcionarán en los alumnos con afantasía, que no poseen la capacidad de crear imágenes mentales.
Y lo que es más importante, esto no significa que los alumnos con afantasía no puedan adquirir nuevas destrezas, ni implica que los afásicos vayan a tener un bajo rendimiento educativo; simplemente sugiere que las personas con afantasía deben recurrir a estrategias de aprendizaje alternativas.
Aunque algunos afantasmáticos recién descubiertos pueden interpretar esta información de forma negativa y, en consecuencia, atribuir un significado y una justificación a sus experiencias o retos pasados en diversos contextos de aprendizaje, no todo es malo.
Muchos afásicos han tenido o tienen carreras muy exitosas.
Ed Catmull, cofundador de Pixar y ex presidente de Walt Disney Animation Studios. Craig Venter, biólogo que secuenció por primera vez el genoma humano. Blake Ross, creador de Mozilla Firefox. Glen Keane, animador de Disney y creador de La Sirenita. Penn Jillette de Penn y Teller. Todos tienen afantasía.
¿Cómo adquirieron las habilidades necesarias para tener éxito?
Lo cierto es que los humanos somos seres increíblemente adaptables. A falta de brazos, aprendemos a comer con los pies. ¿Sin un ojo de la mente, aprendemos a…?
La respuesta es que aún no lo sabemos.
La investigación sobre la afantasía y los alumnos afásicos aún está en pañales. Sin embargo, algunas teorías antiguas sobre el aprendizaje podrían dar algunas respuestas…
¿Podría la teoría de la doble codificación explicar cómo aprenden los elefantes?
Según la teoría de la codificación dual, propuesta por Allan Paivio, de la Universidad de Western Ontario, en 1971, la información se almacena de dos formas distintas: verbal y visualmente.
La teoría de la doble codificación sugiere que estas dos formas de almacenar la información funcionan independientemente la una de la otra, pero que también pueden interactuar para aumentar el potencial de aprendizaje y memoria. Quizá esto ayude a explicar por qué las imágenes mentales pueden ayudar a algunos alumnos a mejorar su capacidad de lectura y escritura a través de la memoria visual para recordar palabras concretas de una página.
La teoría también sugiere que hay al menos dos formas de almacenar la información; en ausencia de elementos visuales, sigue habiendo estrategias verbales.
Se trata de una distinción importante para el alumno afásico, que no puede confiar en la memoria o la información visual debido a la ausencia de imágenes mentales y que, quizás, es más propenso a confiar en estrategias verbales cuando adquiere nuevas destrezas.
Sin embargo, la teoría de la codificación dual tiene sus limitaciones: la principal es la suposición de que los procesos de pensamiento se basan únicamente en palabras e imágenes.
Es posible que existan otros métodos aún desconocidos, y una mayor investigación sobre el alumno afásico podría aportar nuevas respuestas sobre cómo aprendemos.
Estoy dispuesto a apostar a que los resultados podrían ser alucinantes y reveladores, valga el juego de palabras.
Aprender a aprender con afantasía
Nuestras variadas experiencias y neurodiferencias dan lugar a formas alternativas de aprender las cosas. No hay una forma correcta o incorrecta, buena o mala de aprender algo, simplemente diferente.
Cuanto más entiendan los afánticos en qué difieren su pensamiento y sus procesos de pensamiento, más probabilidades tendrán de identificar estrategias alternativas que funcionen para su experiencia única de aprendizaje.
No hay una forma única de aprender algo nuevo. Por eso la Red Afantasía se dedica a explorar una serie de estrategias de aprendizaje para el alumno afásico.
¿Qué estrategias de aprendizaje te funcionan?
Deje un comentario en la sección de comentarios de abajo. Comparte una técnica o enfoque de aprendizaje que te haya funcionado y por qué crees que es así.
¡Descubramos cómo trabajan juntas nuestras mentes!