Revisar el papel de la imaginería en la salud mental

La visualización se utiliza a menudo en el bienestar mental y la terapia, pero ¿qué significa esto para las personas con afantasía?
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“Imagina que caminas hacia el océano: siente el sol en la piel, el rocío del mar en la cara, escucha el balanceo de las olas….”.

Este tipo de visualización es una técnica de relajación muy popular. ¿Siente que se relaja? ¿Puede transportarse a ese lugar en su mente?

Alrededor del 4% de la población no puede – tienen afantasía que es la incapacidad de generar imágenes mentales sensoriales. Incluso para las personas que pueden crear imágenes en su mente, la intensidad y el esfuerzo pueden variar.

Imaginería en salud mental: Una herramienta imprescindible para los profesionales

Numerosos estudios avalan que la imaginería es una potente técnica de bienestar y relajación, y forma parte esencial de muchas terapias conversacionales, como la terapia cognitivo-conductual. “Visualiza tu objetivo” e “imagina cómo se desarrolla esta escena” son ejercicios populares que pueden ayudar a las personas a dar forma a sus pensamientos y motivaciones en algo positivo y constructivo. Pero, ¿qué significa esto para el importante número de personas con afantasía para las que la visualización voluntaria no es una opción?

La creciente concienciación sobre la importancia de nuestra salud mental y nuestro bienestar hace que cada vez se preste más atención a hablar de los problemas y a buscar ayuda, pero en realidad nunca ha habido ninguna investigación documentada sobre el papel de las diferencias de imaginería mental en las experiencias de atención sanitaria mental. Ahora, en colaboración con la mayor organización sin ánimo de lucro dedicada a la concienciación sobre la afantasía, la Aphantasia Network, investigadores expertos en salud mental e imágenes mentales se han propuesto averiguarlo.

Dificultades que las personas con afantasía pueden experimentar al buscar atención sanitaria mental

La afantasía no es, en sí misma, un trastorno; la mayoría de las personas pasan toda su vida sin saber que la padecen. La afantasía es un extremo del espectro de las imágenes mentales, y la mayoría de las personas desarrollan estrategias alternativas eficaces incluso para las tareas cognitivas más complicadas, como la rotación mental y la memorización simultánea de varios elementos. Pero, ¿cuál podría ser el resultado si no se ofrece ninguna alternativa? Esto podría significar que las personas con diferentes capacidades de imaginación mental pueden responder menos al tratamiento, sentir que no es para ellos o llegar a la conclusión de que no se les puede ayudar.

La investigación también sugiere que las personas con afantasía pueden no experimentar los problemas de salud mental de la forma más esperada. Por ejemplo, pueden ser menos susceptibles a las imágenes intrusivas, como los flashbacks en el trastorno de estrés postraumático (TEPT) o las imágenes mentales negativas del cuerpo en los trastornos alimentarios. Dado que las imágenes intrusivas se consideran un síntoma clave de diversas afecciones, las personas con afantasía pueden tener dificultades para recibir un diagnóstico rápido y preciso. Ya existe la idea de que si las personas con afantasía no presentan estos síntomas, son de algún modo resistentes a estas afecciones mentales por completo. La realidad es que pueden experimentar las condiciones de forma diferente.

La atención sanitaria mental debe ser accesible para todos, independientemente de la capacidad individual de visualización. Por lo tanto, una buena terapia personalizada debe poder adaptarse para centrarse en técnicas que no dependan de la visualización. Sin embargo, las diferencias en la imaginería no forman parte de la formación de los profesionales de la mayoría de las terapias, por lo que éstos no son necesariamente conscientes de la existencia de estas diferencias. Si existen barreras que los terapeutas y los profesionales ni siquiera conocen, esto puede afectar a la relación terapéutica, para la que la confianza y la comprensión son tan importantes.

3 próximos pasos esenciales para mejorar la atención sanitaria mental personalizada de las personas con afantasía

Dado que las experiencias subjetivas internas son un factor tan importante en la salud mental, es fundamental comprender cómo las diferencias individuales en las imágenes mentales afectan a la evaluación, el diagnóstico y los resultados del tratamiento. De cara al futuro, tenemos tres objetivos que esperamos alcanzar con este trabajo:

  1. En primer lugar, aumentar la concienciación pública sobre las diferencias en las imágenes mentales, incluida la comprensión de cuándo pueden afectar a la calidad de vida.
  2. En segundo lugar, concienciar a los profesionales de la salud mental sobre las diferencias entre las imágenes mentales, para que sean conscientes de cómo formulan sus preguntas y ejercicios. Por ejemplo, los guiones o las opciones lingüísticas pueden adaptarse para que se ajusten mejor a la persona, como cambiar frases específicas de la visualización para que sean más inclusivas. La Dra. Paulina Trevena, hipnoterapeuta en activo con afantasía, sugiere: “imagina como quieras”.
  3. En tercer lugar, mejorar nuestra comprensión científica del papel de las imágenes mentales en la atención sanitaria mental e inspirar el desarrollo de nuevas técnicas y prácticas en medicina personalizada.

¿Ha acudido alguna vez a un centro de salud mental y le gustaría compartir su experiencia? Independientemente de tu nivel de imaginación mental, puedes contribuir a esta importante investigación. Le invitamos a participar en un estudio de investigación que explora el papel de la imaginería en la atención sanitaria mental.

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