La ilusión de la manzana: Un vistazo a la visualización
Para muchos, imaginar una manzana roja es algo natural. Sin embargo, para las personas con afantasía, esta tarea aparentemente sencilla es un enigma. ¿Cómo se puede explicar la experiencia de la visualización a alguien que nunca la ha experimentado? Introduzca la ilusión de la manzana.
Esta ilusión óptica ofrece una breve ventana al mundo de la visualización. Al mirar fijamente un objeto durante un periodo prolongado, se puede experimentar una “imagen” fugaz incluso cuando el objeto ya no está presente. Esta ilusión tiene más que ver con la percepción visual que con la imaginación. Aun así, es un ejemplo útil para que las personas con afantasía comprendan cómo puede ser la visualización para algunos visualizadores.
¿Cómo funciona la ilusión de imagen posterior?
La magia de la ilusión reside en un fenómeno conocido como imagen posterior. Cuando uno se fija en un objeto sin mover los ojos durante unos 30 segundos o más, las células receptoras de los ojos, responsables de convertir la luz en señales eléctricas para el cerebro, empiezan a cansarse. Estas células agotan gradualmente sus fotopigmentos, esenciales para transmitir señales. A medida que se agotan, el cerebro se adapta, interpretando la disminución del nivel de señal como la nueva norma.
Cuando se retira el objeto, las células receptoras menos agotadas entran en acción. Estas células, que habían estado observando las partes más oscuras de la imagen y, por tanto, captando un mínimo de luz, funcionan ahora a pleno rendimiento. Esta súbita oleada abruma el sistema visual, que interpreta la entrada como un negativo de la imagen original, incluso en su ausencia.
Esta experiencia se parece mucho a visualizar algo en su ausencia. Al igual que la imagen retrospectiva permite “ver” un objeto que no está físicamente allí, la visualización consiste en crear una imagen mental sin la presencia del objeto real. Es un proceso similar en el que la mente rellena los huecos, evocando una imagen donde no la hay.
¿Qué se siente al visualizar?
Experimenta con la ilusión de la manzana para comprobarlo por ti mismo. Mantenga la mirada fija en el punto central sin mover los ojos durante unos 30 segundos, luego dirija la mirada hacia el espacio en blanco y parpadee varias veces. Verás brevemente una imagen posterior de una manzana roja.
Visualización, percepción y afantasía
En el vasto ámbito de la cognición humana, los límites entre percepción, visualización y afantasía a veces pueden ser difusos. Aunque la ilusión de la manzana ofrece una visión de la visualización, es esencial diferenciar entre la experiencia sensorial directa, la capacidad de conjurar imágenes mentales y la falta de experiencia fenoménica a pesar de tener conocimiento de un objeto o concepto.
La percepción es el proceso de reconocimiento e interpretación de los estímulos sensoriales. Se basa en el momento presente, en nuestras percepciones sensoriales inmediatas. Por ejemplo, cuando uno ve físicamente una manzana con sus propios ojos, se trata de percepción. Este proceso no consiste en recordar experiencias pasadas o imaginar escenarios futuros, sino en experimentar directamente el objeto o la escena en tiempo real.
La visualización, por su parte, es la capacidad de formar una imagen mental. Consiste en formarse una imagen de un objeto o escena sin información visual directa, utilizando la imaginación y la memoria. Nuestra capacidad de visualización es muy variable. Aunque algunos pueden crear imágenes mentales increíblemente vívidas y realistas, para la mayoría, la visualización tiende a funcionar como una forma más débil de percepción visual, que a menudo da lugar a imágenes menos detalladas y más fugaces. No es como ver de verdad, por eso suele llamarse ver con el ojo de la mente.
La afantasía es un fenómeno único. Los individuos con afantasía carecen de la capacidad de formar imágenes mentales voluntariamente. Para ellos, todo lo que tienen es percepción, ya que no pueden “ver” con el ojo de su mente. La idea de “visualizar” mentalmente una manzana desconcierta a la mente libre de imágenes. Aunque la ilusión de la manzana es un producto de la percepción, ofrece a quienes padecen afantasía una visión fugaz de la experiencia de la visualización.
Hiperfantasía y el espectro de la imaginación
La afantasía representa un extremo de lo que comúnmente se denomina el espectro de la imaginación visual. En el extremo opuesto se encuentra la hiperfantasia. Los individuos con hiperfantasia poseen una capacidad excepcionalmente vívida y “perceptiva” para visualizar imágenes en su mente.
Imagínese no sólo ver una manzana, sino poder visualizar todos sus detalles, desde el reflejo brillante de su piel hasta las pequeñas imperfecciones y manchas. Para alguien con hiperfantasía, la imagen mental de una manzana puede ser tan nítida como ver una manzana roja delante de él.
Sin embargo, es importante señalar que la hiperfantasia es relativamente infrecuente. Contrariamente a lo que suelen mostrar las películas y la cultura popular, la mayoría de la gente no experimenta la visualización de forma tan detallada.
Para saber más sobre las diferencias individuales y en qué punto del espectro de la imaginación visual te encuentras, consulta este artículo sobre Visualizar lo invisible.
Asociadores vs. Proyectores: Los modos de la fantasía
Más allá de la vivacidad y la claridad, hay otra dimensión a tener en cuenta: el modo en que los individuos experimentan las imágenes mentales. Esto nos lleva a la distinción entre asociadores y proyectores, tal y como expone D. Samuel Schwarzkopf en este editorial de 2023 titulado ¿Cuál es el verdadero alcance de las imágenes mentales?
- Proyectores: Estos individuos perciben sus imágenes mentales como si estuvieran superpuestas a su experiencia visual real. Es como si su imaginación y la realidad se fusionaran, con las imágenes imaginadas interfiriendo potencialmente con su percepción real. Para un proyector, visualizar una manzana puede significar “verla” aparecer en el espacio que tiene delante como si realmente estuviera allí.
- Asociadores: Por otro lado, los asociados tienen una experiencia diferente. Aunque pueden tener representaciones visuales claras de lo que imaginan, no “ven” estas imágenes del mismo modo que los proyectores. En cambio, los asociadores pueden describir sus imágenes mentales como situadas “fuera de la pantalla”, “dentro de su mente” o incluso “detrás de su cabeza”. Tienen una fuerte sensación del objeto imaginado, como una manzana, pero no interfiere con su campo visual real.
Entender estas distinciones es crucial para comprender el vasto paisaje de la imaginación humana y sus repercusiones. Subraya que la imaginación no es un fenómeno único. Por el contrario, se trata de un rico tapiz de experiencias, en el que cada individuo tiene su propia forma de “imaginar las cosas”, que da forma a sus percepciones e interacciones con el mundo que le rodea.
Por ejemplo, mientras que algunos tienden a imaginar visualmente, otros imaginan conceptos sin visualizarlos necesariamente. Para saber más sobre la distinción entre imaginación visual y conceptual, consulta el experimento de la bola sobre la mesa.
La ilusión de la manzana
La ilusión de la manzana, aunque producto de la percepción, sirve de puente para comprender la visualización. Para las personas con afantasía, es una oportunidad única de “ver” lo que la visualización puede suponer para algunos visualizadores. Aunque ninguna analogía puede captar perfectamente la esencia de la visualización y todas sus variedades, la ilusión de la manzana nos acerca un paso más a la comprensión de la diversidad cognitiva de la imaginación humana.
¿Cómo se compara tu experiencia interna con esta ilusión? ¿Es usted más de proyectar o de asociar? Le invitamos a compartir este gráfico de ilusión de manzana con amigos y familiares para iniciar una conversación sobre nuestras diferencias invisibles y profundizar en las muchas maravillas de la imaginación humana.