Tropezar con la afantasía
Por casualidad, descubrí que me falta lo que la gente llama el “ojo de la mente”. Un día YouTube me recomendó un vídeo sobre la afantasía. Así es como empezó.
Nunca había oído hablar de la afantasía, pero lo que describe la artista AmyRightMeow en el vídeo me resulta extrañamente familiar. Al igual que ella, no podía formar imágenes en mi cabeza. Hasta hoy, pensaba que era completamente normal. Creía que los pensamientos de todos eran informes e incoloros.
Nunca se lo conté a nadie. Sentí una mezcla de incredulidad y vergüenza. ¿Era yo tan diferente de los demás? ¿Cómo podría explicarlo? ¿Me creerían siquiera? ¿O simplemente estoy dándole demasiadas vueltas a las cosas y en realidad no tengo afantasía, o sí?
Durante el año siguiente, lo olvidé por completo. No vi más vídeos ni leí más artículos sobre el tema. Un día me encontré con un amigo y empezamos a ponernos al día. Nuestra conversación fue bien hasta que me pidió que imaginara una situación. No pienses en la situación, visualízala.
Fue entonces cuando me di cuenta: Yo era diferente. La capacidad de crear imágenes en tu mente existía. Y no lo tenía.
Fue la primera persona a la que le dije que tenía afantasía. Nunca había oído hablar de ella y le confundía.
Quería desesperadamente explicar lo que es para mí pensar, pero no encontraba las palabras. ¿Había alguna explicación para esto?
Esa pregunta no me dejó tranquilo, así que empecé a investigar sobre el tema. Una vez más aprendí que la incapacidad de visualizar mentalmente se llama afantasía. Leí artículos sobre cómo otras personas describían lo que es perderse estas imágenes.
Unas semanas más tarde oí a alguien hacer un chiste sobre el gato de Schrödinger. Una idea comenzó a formarse.
Establecer paralelismos: la caja de Schrödinger y el misterio de la memoria en la afantasía
En primer lugar, quiero darles una breve explicación de la caja de Schrödinger. Es un experimento mental. Una versión muy simplificada sería:
Un gato y una sustancia radiactiva se colocan dentro de una caja de acero cerrada. La sustancia tiene un 50% de probabilidades de matar al gato en la hora siguiente. Esto significa que no podemos saber si el gato sobrevivió o murió hasta que abramos la caja. Hasta que eso ocurra, el gato está (en cierto sentido) vivo y muerto a la vez. Sólo observando al gato podemos confirmar el estado actual. Es decir, mientras no lo observemos, el gato está (en efecto) vivo y muerto al mismo tiempo.
El experimento mental de Schrödinger es muy complejo y difícil de entender, pero lo principal es que un sistema cuántico puede estar en varios estados al mismo tiempo, como el gato en la caja.
Si desea saber más sobre el gato de Schrödinger, aquí tiene un vídeo que profundiza en este concepto.
Este experimento mental siempre me ha fascinado. Cuando empecé a pensar en la caja de Schrödinger, empecé a ver similitudes con mi propia experiencia de los recuerdos.
Pongamos el ejemplo de mi madre.
Desvelar la incertidumbre de los recuerdos en la afantasía: mi caja de Schrödinger personal
Como no puedo producir una imagen clara de mi madre dentro de mi cabeza, no estoy seguro de las características exactas de su cara; la forma de su nariz, el tono del color de sus ojos, el aspecto de las gafas que siempre lleva, etc.
Al igual que el gato de Schrödinger que está vivo a la vez, los recuerdos de mi madre existen dentro de mi cabeza… y no.
En cierto sentido, la “imagen” de mi madre, la colección de información sobre su aspecto que tengo sin llegar a visualizarla en mi mente, podría considerarse como los recuerdos dentro de la caja de Schrödinger.
Cuando veo a mi madre, la caja se abre. Confirmo el estado de lo que hay dentro de la caja: Mis conocimientos sobre el aspecto de mi madre. Noto diferencias en su peinado, su ropa y sus accesorios. Sustituyo la antigua información sobre su aspecto por la nueva que acabo de recopilar.
Luego miro hacia otro lado y su imagen se desvanece rápidamente. Ya no la observo, así que no puedo confirmar el estado actual de la información dentro de la caja.
Es como si mis recuerdos estuvieran sellados dentro de mi propia versión de la caja de Schrödinger.