¿Qué ocurre en el cerebro afantasiado cuando imagina? [Member Exclusive]

Una imagen vale más que mil palabras, pero ¿qué ocurre cuando nuestro cerebro afantasiado no puede visualizar esa imagen? Jianghao Liu, investigador del Instituto del Cerebro de París, se une a la Red AFANTASIA para profundizar en esta cuestión.
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Explorando los misterios neuronales del cerebro de la afantasía

Una imagen vale más que mil palabras, pero ¿qué ocurre cuando nuestro cerebro afantasiado no puede visualizar esa imagen? Los investigadores están identificando regiones cerebrales relacionadas con la afantasía.

¿Cómo afecta a nuestra percepción la ausencia de visualización? ¿Está la afantasía profundamente arraigada en las redes neuronales del cerebro o es un modo de introspección fuera de lo común?

Jianghao Liu, investigador cerebral del Instituto del Cerebro de París y actualmente profesor visitante en la Universidad de Columbia en Nueva York, se une a Aphantasia Network para profundizar en estas preguntas.

Liu ha trabajado para comprender las bases neuronales de la experiencia visual humana. Sus exhaustivas investigaciones, en las que emplea técnicas de vanguardia como la resonancia magnética funcional de campo ultraalto y la modelización computacional, aportan fascinantes conocimientos sobre el cerebro de la afantasía.

Su reciente artículo, Probing the unimaginable, arroja luz sobre la velocidad y precisión del procesamiento de la información visual entre los afectados de afantasía. Para ahondar en estas cuestiones, los investigadores Paolo Bartolomeo y Jianghao Liu realizaron un estudio en el que participaron 117 voluntarios, entre ellos 44 afantasmáticos, 31 hiperfantasmáticos y 42 individuos con capacidades típicas de imaginación mental. Administraron una prueba de imaginación mental y percepción visual conocida como Batería de Percepción de la Imaginación (BIP ) para evaluar la relación entre la percepción y la imaginación mental.

Durante la prueba, se presentaba a los participantes una pantalla en blanco y se les daban señales sonoras de cualidades visuales (por ejemplo, “forma”) junto con dos conceptos correspondientes (por ejemplo, “castor” y “zorro”). A continuación, se les pidió que visualizaran mentalmente y decidieran qué concepto se ajustaba mejor a un calificativo (por ejemplo, “largo”). Se registraron los tiempos de respuesta y la calidad de las imágenes mentales generadas. Además, los participantes realizaron una prueba de percepción en la que los estímulos se presentaban visualmente.

Los resultados del estudio revelaron que los individuos con afantasía obtuvieron resultados similares a los de los otros grupos en cuanto a percepción y capacidad de asociar conceptos con sus representaciones. Sin embargo, surgió una diferencia significativa en el procesamiento de la información visual, donde los afásicos eran más lentos, sobre todo en relación con las formas y los colores, y tenían menos confianza en la exactitud de sus respuestas. Este retraso en el procesamiento de la información visual se atribuyó a una ligera deficiencia en la conciencia fenoménica, lo que significa que, aunque los afásicos tienen acceso a información sobre las características visuales, ésta no se traduce en una imagen mental visual consciente.

Sin embargo, a pesar de esta diferencia, los afásicos parecen compensarla mediante estrategias cognitivas alternativas, como listas mentales de características visuales, que les permiten recordar con precisión lo que han visto. Como indica esta investigación, el fenómeno de la afantasía podría estar más relacionado con la singularidad de la experiencia consciente que con un déficit.

Esta presentación y debate corrió a cargo de Tom Ebeyer, fundador de Aphantasia Network, y ofrece una visión en profundidad del complejo mundo de la investigación cerebral sobre la afantasía. Este acontecimiento es una cita ineludible para cualquier persona intrigada por los entresijos de la mente humana o que sienta curiosidad por los fundamentos científicos de las variaciones extremas de la imaginación. El viaje a las profundidades de la afantasía abre las puertas a una comprensión más profunda del cerebro humano y del vasto espectro de experiencias imaginativas que residen en él.